Llevamos cinco semanas confinados y parecen dos siglos. No se vosotros pero a mí me da la sensación que todo ya ha cambiado. Es increíble, como en tan poco tiempo pueden variar las cosas, sin quererlo, ni esperarlo. Un viernes nos fuimos a casa como lo hacíamos normalmente, y resulta que en un mes NOS HA CAMBIADO LA VIDA. Yo personalmente me quedé en mi hogar desde el primer día. Tengo dos niñas pequeñas y mi marido trabaja, por lo que decidí quedarme con ellas. Eso sí, me comprometí  a trabajar toda la semana de lunes a viernes, y descansar el fin de semana. Y lo he cumplido os lo aseguro. A las niñas les puse horarios, las levanto todos los días a las 9, y tienen tareas hasta la hora de comer, por supuesto hacer sus camas, ducharse, vestirse y arreglarse, nada de pijama todo el día. Y yo igual, vestida y arreglada aunque en pantalón de chándal por abajo….las tardes, lo mismo un poco de acabar deberes y mandarlos vía mail a la profe, hasta las 7  que nos juntamos todos para hacer alguna actividad juntos, desde ver Stranger Things, hasta jugar al pin pon en la mesa del salón…. Pero, lo que sí me ha hecho pensar en estos días, son las historias personales que he vivido de cada uno de mis clientes. Al marchar el viernes y saber lo que nos venía encima, mi compañero Juan y yo, nos dividimos los expedientes que estaban pendientes de firma de escritura. Yo me traje un total de 14 historias de personas que estaba por resolver. Me gustaría contaros alguna de ellas.
 
La primera, un chico que compra una vivienda en Viesques como inversión con fecha de firma de escritura para el pasado miércoles. El comprador se encontraba en Huelva, y sus padres viven en Cudillero , tienen un poder para venir a Notaria, al tener cierta edad han decidido no desplazarse. El vendedor se ha quedado echo polvo necesitaba el dinero para cancelar su hipoteca e invertirlo en cancelar otras deudas…ahora el pobre tendrá que esperar…
 
Otra historia es una familia que compra una vivienda en el centro de Gijón, son una madre y dos hijos de Palencia, íbamos a firmar en notaria el pasado viernes. Al no poder desplazarse no podrán venir a firmar hasta que acabe el período de alarma. La chica que vende ya contaba con ese dinero para hacer otra inversión, ahora tendrá que confiar en que la venta no se venga abajo y podamos cuando esto termine firmar. Porque una de las cosas que más tememos es que alguna de las firmas pendientes que tenemos con contrato de arras, ahora se echen atrás y decidan no comprar…..¿qué solución tomaremos al respecto?.
 
Una de las que más me va a costar resolver es esta. Unos compradores que ya tienen hecha la hipoteca y tenemos fecha de firma el día 22 de abril. Claro los dueños tienen que salir de su casa e irse a vivir a casa de sus padres. Pero los dos vendedores son enfermeros, imaginaros los problemas que tendrán ahora y además no es viable que se vayan a vivir a casa de nadie…pero que pasará con los compradores que ya negociaron su hipoteca para firmarla en esa fecha, y ya contaban con esta casa para vivir en abril?…Creo que les vamos a plantear un alquiler, que los dueños se queden en la casa hasta que termine el estado de alarma, pagando un alquiler al comprador, hacemos la escritura y así no pierde las condiciones de hipoteca que ya tenia negociadas.
 
Por otro lado, hay dos familias en casa de sus padres y suegros, esperando a que se pueda firmar la escritura para poder mudarse. Si es difícil estar en casa imaginaros estar en un piso, una familia de 4 personas con sus padres o suegros. Son continuas las llamadas para intentar acelerar el poder firmar. Hago lo que puedo, saco los certificados desde casa coordino las firmas y por lo menos aunque no pueda ir a la notaría, los clientes cogen las llaves de su nueva casa y van avanzando….Las mudanzas ya se pueden hacer, así que, consigo que se vayan mudando sin riesgo para las partes.
 
Tengo unos chicos que tienen que salir de su casa, han hecho mudanza, han comprado otra casa, y necesitan vender su piso ahora, en un principio la habíamos anulado por las mudanzas, nos habían dicho que se suspendían, sin embargo  ya podemos decir que las mudanzas son legales y con ciertas medidas se pueden hacer. Así que tenemos que lograr por todos los medios llevarla a término para que estos chicos no se metan en más gastos.
 
La mayor parte de nuestras firmas no se han podido realizar, y no porque no haya dinero o porque la notaria no funcione. No  se llevan a término porque la mayor parte de los vendedores tenían que desplazarse o hacer una mudanza a otra vivienda de sus padres y no pueden irse a ningún sitio. Es peligroso juntarse, con la familia, y mas si trabajas fuera. Debemos quedarnos en casa. Sin embargo las necesidades de las personas no son siempre las mismas. Todo ha cambiado. Hemos tenido que reinventarnos, y en estas cinco semanas cambiar firmas y renovar plazos. He escuchado a un montón de personas por teléfono, contándome todo lo que les pasaba, e intentar buscar una solución. De verdad que no ha sido fácil. De todas maneras soy positiva, toda esta situación me hace pensar en formas nuevas de actuar. Hemos hecho un montón de videoconferencias y formación, y hemos sido capaces de firmar contratos con una aplicación nueva legal de firma electrónica, y creo que he podido ayudar a muchas personas, así que estoy feliz.